
En nuestra asociación hoy hemos abierto las puertas con el corazón un poco encogido, recordando la DANA que tanto afectó a Valencia y a muchas familias de nuestra ciudad.
La preocupación sigue ahí, no lo negamos. Pero también sentimos la responsabilidad de mantener vivo nuestro compromiso: ser un espacio de encuentro, de apoyo y de aprendizaje.
A pesar del mal tiempo, hoy se han impartido con normalidad las clases de castellano. Y eso, aunque parezca un detalle, es un gesto enorme: significa que seguimos caminando, que seguimos apostando por la integración, por dar herramientas reales a quienes lo necesitan, por no frenar la vida comunitaria ni siquiera cuando el clima amenaza con detenerlo todo.
Mañana no será diferente. Continuaremos con las clases de castellano y, además, se impartirá el Taller de Manipulación de Alimentos.
Porque la formación no solo abre puertas en lo personal, también en lo laboral. Y en tiempos complicados, cada oportunidad cuenta.
Queremos recordar que La Casa Grande nació para acompañar a las personas, especialmente a quienes llegan con incertidumbre, con miedos o con pocos recursos.
Esa misión nos mueve, ayer y hoy, incluso en medio de lluvias y cielos grises.