Estas fechas, con sus celebraciones, no van a ser como la de otros años. A pesar de todo, no debemos de dejar de celebrar.
Celebrar la humanidad (en estos tiempos tan necesaria), la generosidad (de todas las personas voluntarias que hacen que nuestra casa sea grande); la colaboración de socios y donantes (que hacen que nuestra puerta se mantenga abierta) y la de las personas a las que ayudamos (que confían en nosotros para salir de situaciones complicadas o de las que han perdido el control). Y nosotros, celebramos y renovamos nuestro compromiso, con todas las personas que nos necesitan.
A todas y cada una de ellas: ¡¡felices fiestas!!