Compartimos la experiencia de voluntariado en nuestras Colonias Urbanas de este verano, gracias a las Escuelas San José y el Centro Arrupe
El coronavirus ha truncado la mayoría de nuestros planes estos meses. Pero para un grupo de jóvenes, ha sido una oportunidad para hacer voluntariado en La Casa Grande.
Algunos chicos y chicas iban a colaborar en proyectos de cooperación internacional o en otros voluntariados. Pero la suspensión de todo esto se ha concebido como una opción ideal para conocer y acompañar realidades más locales. “Uno debe tener las cualidades de voluntario/a todo el año y allí donde esté porque el voluntariado no debe ser puntual y asistencialista, sino un estilo de vida que persigue la justicia social y la defensa de las personas más vulnerables”– comenta Francesc, uno de los coordinadores y voluntario que ha participado en La Casa Grande.
Para trabajar este ideal de voluntariado, durante las mañanas se palpaba e intervenía en la realidad mediante la colaboración en La Casa Grande, Rumiñahui y Pisos ISO. Y por las tardes se hacían formaciones acompañadas de reflexión/oración en el Centro Arrupe. Esta iniciativa se ha llevado a cabo a nivel estatal por parte de la Compañía de Jesús con el nombre de Servir Juntos Verano 2020. El objetivo era, principalmente, dar respuesta a quienes sufren dificultades de distinta índole, las cuales se han agravado con la vigente crisis económica y sanitaria.
Sin duda, asociaciones como La Casa Grande concuerdan con el objetivo mencionado. Hacerse cargo de los niños/as permite a los respetivos padres y madres trabajar durante las mañanas, pero, además, se preocupan de que esas horas sean entretenidas y educativas. “Me llevo mucho cariño y aprendizaje. Hemos estado pocos días, pero sé que La Casa Grande está ahí perpetuando una ardua y fantástica labor día tras día. Ha sido una suerte conocerlos, tanto a los trabajadores/as como a los peques”- expresa sonriente una de las voluntarias.